Dos colores para un mismo diseño de puntilla, con ligeras variaciones. Ambos tapetes están realizados en lino rústico. La puntilla de bolillos, en ambos, está unida a la tela mediante la técnica de incruste, a mano.
Este primero, el de tono beige, va adornado con una pequeña franja de vainicas. El bordado, realizado con la máquina, combina los tonos marrones y dorados.
El segundo tapete, en salmón, con puntilla también de bolillos y realizado igualmente sobre lino rútico y con incruste a mano, varía tanto en la puntilla como en su ornamento. La puntilla en lugar del típico torchón gallego, lo he realizado en falso tul.
La secncillez, a la par que elegancia, de las vainicas hechas a mano aportan la vivacidad y la sutileza que pone punto final a este trabajo.